
la mar lanzó el presagio de una pérdida infinita un día de abril me heredó una mesa rota la bicicleta que nunca compramos la llave hacia mi amargura espejos sin esperanza ni energía me sacó los ojos del espanto de un presente en penumbra un futuro atorado en la enredadera de púas en donde los pájaros dicen adiós me heredó un espacio sin luna ni victoria el rostro de una mujer que aún no reconozco me dejó el vacío sobre mi lado izquierdo un grito en el ombligo la ansiedad en las ventanas ... Imagen tomada de la red*