Alora

El trayecto fue largo y peligroso, pero valió la pena. Encontré una nave destartalada en mi planeta invadido de basura. Le metí mano al cacharro hasta hacerlo funcionar y la trepé sin voltear atrás para atravesar el universo. El aterrizaje en Alora fue forzoso. No quedó nada de mi transporte, pero me encontré experimentando por vez primera la felicidad. Puedo vivir sin volver a ver el mundo que me parió, pensé, y monté un refugio esperando la llegada de las alorianas. Desde niña recopilé información sobre Alora. Siempre escuché historias contar que, sólo pisar sus suelos, entras a un mundo de ensueño por su naturaleza de fantasía, un oasis perdido entre la áspera extinción de la vida. No obstante, las evidencias de este planeta son confusas. Hay quienes piensan que su existencia es puro invento, leyendas pasando de generación en generación, de galaxia en galaxia. Durante toda mi vida lancé señales hacia sus posibles ubicaciones. Una singular mañana recibí respuesta en un lenguaje extra...