Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2025

Tres minificciones especulativas

Imagen
ESPEJOS Desnuda me planto frente al espejo. Me miro. Son importantes los diálogos con una misma; por eso, cuando pongo punto final, la mujer del reflejo sale. Somos muchas viviendo en este castillo que no conoce la desmemoria.    MONSTRUA Hambre. Tengo hambre. En el fondo del océano, hiberné durante siglos. Viví en mis sueños y los reiné. Cuando mi ojo despertó, deseé la luz del sol. Menguó la somnolencia y nadé hasta la superficie.  La evolución nos regresó a las mujeres al agua. Nos fortalecimos. Los hombres, pequeñísimos, aburridos, enclenques, palidecían sobre el desierto. Eran muchos y enloquecían. Tan pronto como salí del mar, me tuvieron miedo. Intentaron agredirme, pero soy giganta: reí y estallaron sus oídos. Con mis garras los hice albóndigas para satisfacer mi apetito.  MAGIA Si no lo hago terminaré lanzándome por la ventana. Las cosas podrían salir mal, pero tampoco tengo muchas opciones. Así que abro el libro en la página indicada, bebo la pócima de un j...

No soy una mujer extraordinaria

Imagen
ilustración de Erika Kuhn (tomado de la red) Me toca escribir para Bisontas y no sé qué escribir. No sé quién lee, no sé para quién escribo. Al menos creo que lo hago para otra mujer. ¿Qué quiero que sepa esa mujer de mí? No soy una mujer extraordinaria. ¿Tiene algún sentido decir eso? Creo que sí. Durante décadas he escuchado que si una mujer logra algo es una mujer extraordinaria. No una ama de casa, no alguien que tiene sobrepeso, porque una mujer extraordinaria es guapísima o en su defecto tiene un cerebro de toneladas. Si tiene ambos, wow, el mundo estará a sus pies. Desgraciadamente eso no es cierto. No conozco a nadie actualmente, a ninguna mujer que tenga el mundo a sus pies. Si pienso en las mujeres más “poderosas” del mundo como en la presidenta de mi país, u otras mujeres con cargos políticos, no veo mujeres con el mundo a sus pies, veo a mujeres tensamente erguidas a fuerzas, forzándose ellas mismas a no bajar la cabeza ni un milímetro, porque si lo hacen los perros del pod...